Gobernador de Córdoba

Los primeros seis meses de Llaryora registraron una caída abrupta de la recaudación


El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, cerró el recuento fiscal semestral de los giros nacionales de manera negativa con un nuevo mes en rojo. En sus primeros seis meses de gestión, el flamante mandatario cordobés sufrió los efectos de la motosierra aplicada por Javier Milei, quien amputó los fondos coparticipables en todo el país, excepto el AMBA.

Ajustado por inflación, el semestre negativo en materia de fondos nacionales cerró con un retroceso cercano al 12% ajustado por inflación. Se trata de un pinchazo mayúsculo para Llaryora, ya que Córdoba financia $6 de cada $10 pesos con los giros nacionales, un porcentaje muy alto incluso en una provincia con una economía de un importante grado de independencia.

En lo que respecta a junio, Córdoba perdió ingresos en un 24% interanual. Así, el avance inflacionario dejó al sexto mes del 2024 en el segundo puesto de los más secos, solo por detrás de marzo.

Entre las vías afectadas estuvieron, como principales, IVA y Ganancias, restituido recientemente con el avance de la Ley Bases. Se trata de los dos impuestos de mayor volumen en el rango de los coparticipables.

De esa manera, Martín Llaryora contó con un monto considerablemente menor de recursos.

Martín Llaryora apoyó pero no lo apoyaron

A pesar de la situación fiscal apremiante, Llaryora acompañó el desarrollo de la Ley Bases en el Congreso. Si bien el gobernador aseguró el regreso de Ganancias en todo su esplendor ampliando la base imponible y generando un mayor nivel de ingresos bajo ese concepto, su cercanía con la administración de Javier Milei no le valió ninguna ventaja fiscal.

En el medio, Llaryora tuvo que moderar sus críticas al plan económico, que se sumó presionando a las arcas provinciales. Con el enfriamiento de la actividad, los impuestos provinciales también cayeron generando un “pinchazo doble” a las vías de ingresos impositivos de Córdoba, como los impuestos a la propiedad o Ingresos Brutos.
Mientras tanto, los niveles de gastos operativos se mantuvieron y crecieron. Con varios flancos salariales abiertos, vencimientos internacionales por delante y el principal hueco fiscal en la Caja de Jubilaciones provincial cuyo déficit es ignorado por Nación, Llaryora intentó poner en marcha su gestión.