Presidente de la Nación

El tiro por la culata: Lo que prometio Milei en Davos y las respuestas que tuvo


El Presidente se presentó ante el mundo vestido como su superhéroe favorito, el libertario Capitán AnCap, para rescatar a la elite global de sus errores. Pero en solo tres datos, la realidad retrucó sus postulados.

El Presidente Javier Milei se presentó ante el mundo en Davos vestido -aunque solo metafóricamente- como su superhéroe favorito, el libertario Capitán AnCap, para salvar al mundo Occidental de las garras del socialismo. Pero en solo tres datos Davos le respondió a su discurso contra el cambio climático, la lucha de los colectivos feministas por cerrar la brecha de género y el uso -y abuso- de su herramienta favorita de difusión, las redes sociales, que ayer utilizó, memes mediante, para avalar un insulto al anfitrión del cónclave, el alemán Klaus Schwabb.

Primer dato. Según el índice de Brecha de Género Global del Foro de Davos, que reúne datos de 146 países y los puntea de 0 a 100 de acuerdo a sus condiciones socio-económicas, siendo 100 el número ideal, la brecha de género tuvo una mejora de 0,3 puntos porcentuales en 2023 pero sigue siendo del 68,4%, casi 32 puntos por debajo de lo ideal.

Lo que a priori parecería un dato alentador por la tendencia positiva, no lo es tanto cuando se mira la película: salvo por un retroceso en la pandemia de 2020, la curva apenas mejoró 4,1 puntos en 18 años, desde que inició este registro A esta velocidad, tomará 113 años alcanzar la igualdad de género que el Presidente negó en campaña, como repitió de manera tácita en Davos.

Segundo dato. La agencia especializada ONU Medio Ambiente resaltó ayer que el 80% de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres o niñas. Debido a que es desigual si condición de vida, también lo es el impacto que acusa este grupo en términos de acceso a servicios básicos como «el agua potable e instalaciones de saneamiento tras las catástrofes». Lo que constituye una vulneración de sus derechos humanos.

Tercer dato. En otro informe que se presentó en el marco del Foro, titulado Riesgos Globales de 2024, se le preguntó a 1.500 académicos de todo el mundo sobre su proyección de amenazas para el año que arranca: la desinformación y las fake news quedaron al tope del podio cuando se analizan los peligros a corto plazo, porque su impacto excede el mundo virtual y tiene efectos palpables a nivel económico, político y social. Le sigue, en el ranking, otra conspiración socialista, al decir del Presidente: los eventos climáticos extremos.

Lo que es más preocupante en el juicio de las y los especialistas es que la aceleración del cambio tecnológico y la incertidumbre económica alimentan un horizonte de dos años de inestabilidad, determinando un escenario con «riesgo moderado de catástrofes mundiales». A largo plazo, el 46% de las personas consultadas estimaron una década estará signada por «agitaciones y riesgo elevado de catástrofes mundiales». Y un 17% habla de «riesgos catastróficos globales».

Hace unos años, cuando todavía no era Presidente ni diputado sino apenas un economista de las terceras líneas de la Corporación América, a Javier Milei no le interesaba el Foro de Davos. O eso dicen quienes lo frecuentaban. En una ocasión, le consultaron su opinión sobre las palabras de Bill Gates en aquel cónclave y el libertario, entonces mucho más diplomático en su estilo, se limitó a excusarse porque no lo seguía.

-¿No le interesa asistir a Davos?

-No, no, no… ¿vio que a CFK no le gusta Davos? A ver si corre la bola y después tengo consecuencias…

De aquel episodio, tal cual lo recuerda con el paso del tiempo una fuente, al Milei que ayer se plantó en el escenario de Davos como el salvador de Occidente, pasaron cosas. Quizás la más importante de todas, en su vida, una carrera meteórica que lo depositó en la Presidencia.

Las percepciones de su discurso no admiten grises en las redes donde se disputa hoy gran parte de la construcción del relato político. La audiencia mileísta celebró a su líder porque, en esencia, no dijo cosas tan distintas a las que viene repitiendo durante los últimos dos años. A contramano, los referentes de la otra parte de la Argentina lo describieron como un discurso repleto de conceptos antiguos, a contramano de las tendencias globales y errático en cuanto a su objetivo de entender quién estaba del otro lado, escuchando.

«Los que estaban ahí sentados son empresarios que, en un año, facturan más que el PBI de muchos países. Y Milei les decía que no teman. ¿A qué o a quién le temen esos empresarios? Creo que a lo único que le pueden tener miedo es a no ganar más dinero», deslizó un diplomático de larga experiencia, al ser consultado por El Cronista sobre cómo percibió el discurso.

«¿A quién le hablaba Milei? No lo sé. Por momentos pareció una clase de economía, de una rama muy minoritaria. En otros momentos, me dio la sensación de que era el ‘acá vengo yo, argentino, a dar una lección’. Una verdadera novatada», concluyó, en duros términos.

 

 

A quién le hablaba Milei en Davos

A lo largo de sus 22 minutos de exposición, Milei eligió no hablarle al mundo sobre la Argentina salvo para ponerla a disposición de los presentes como un refugio para el libre juego del mercado en lo que el tiempo dirá si es o no un intento exitoso de captar nuevas inversiones. Pero tampoco le habló a la Argentina que lo escuchaba, desde el otro lado del Atlántico.

En cambio, Milei le presentó al mundo a Milei, con su estilo punzante, por momentos técnico en demasía, sus referencias a la Escuela Austríaca -con la mención de Friedrich Hayek e Israel Kirzner- y guiños tuiteros más propio del personaje leonino que supo construir en su coto de caza virtual y mediático que el de un jefe de Estado. Como cuando acotó un «con la ajena», al hablar sobre las obras que el Estado realiza con fondos recolectados a través impuestos.

El Presidente llamó «héroes» a los empresarios presentes, los ensalzó como «benefactores sociales» y los exhortó a que lo miren como su «aliado inclaudicable». «Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si ustedes ganan dinero es porque ofrecen un mejor producto a un mejor precio, contribuyendo de esa manera al bienestar general», subrayó. Si faltaba un botón más para la muestra, llegó luego la felicitación de Elon Musk y su retribución a través de las redes sociales.

En referencia a estas ideas también hubo una respuesta con datos en el Foro. El cuarto, que se suma a los tres del comienzo y que también contradice los postulados de Milei sobre la coacción impositiva sobre las grandes fortunas. Más de 250 multimillonarios y millonarios de 17 países dirigieron una carta al Foro de Davos en donde reclaman pagar más tributos de forma voluntaria.

«Esto convertirá la extrema e improductiva riqueza privada en una inversión para nuestro futuro democrático común», afirman. Recursos que bien redireccionados servirán para rebalancear las desigualdades. Elon Musk no figura entre los que suscriben.